jueves, 27 de mayo de 2010

En defensa de Sarayaku.


Mientras el mundo entero cierra los ojos, los llamados "mecheros" escupen fuego en mitad de la selva amazónica. Es el símbolo del intento de ocupación violenta, interesada y brutal que se está produciendo en Sarayaku, un territorio indígena de Ecuador. Sin más armas que la palabra y el orgullo, los habitantes kichwa del poblado mantienen una lucha desigual con las empresas petroleras que pretenden instalarse en su territorio para saquear sus tierras, extraer su petroleo, contaminar sus aguas y negar a un pueblo libre el derecho a vivir en comunión con la naturaleza y de acuerdo con los preceptos que marca su ancestral cultura.


Sarayaku, con apenas cien habitantes, ha de luchar día tras día contra la presión ejercida por empresas como AGIP (a través de su filial Petroecuador), Repsol, CGC Argentina o Texaco. La intención de estas multinacionales de instalarse en sus tierras ha provocado un clima de tensión irrespirable en la zona, produciéndose episodios como el del pasado 29 de Abril, cuando dos indígenas resultaron heridos de gravedad tras una incursión armada en el poblado.


¿El motivo? La resistencia feroz de sus habitantes a ver convertidas sus verdes tierras en un desierto gris, en un reguero de pozos de extracción que supongan el final de un patrimonio natural y cultural que ha de ser protegido por encima de cualquier interés económico. En un mundo capitalista y globalizado, la lucha de Sarayaku es un ejemplo de superación, un pequeño paso en pos de la construcción de una sociedad en la que los derechos de los pueblos indefensos sean realmente protegidos.


Por ello, desde estas líneas pretendemos:

-Denunciar la actuación de las petroleras, verdaderas responsables de la destrucción de la Amazonía.

-Despertar la conciencia de los organismos internacionales, que permanecen indiferentes ante lo que acontece en Ecuador.

-Defender el derecho de los indígenas a mantener su forma de vida, entendiendo la diversidad cultural como un patrimonio que debe ser protegido e incentivado por el hombre.

Para ello, la asociación andaluza ASPA está realizando una campaña de concienciación y denuncia, con la que se puede colaborar mostrando nuestro desacuerdo en las siguientes direcciones: mailto:instalaciones@agip.com.ec (Dirección y correo electrónico de AGIP Oil) http://www.presidencia.gov.ec/contacto.php ( Gabinete de presidencia de Ecuador)

De igual forma, se ha habilitado un número de cuenta bancaria para poder realizar aportaciones económicas en favor de los habitantes de Sarayaku:



Caja de Granada 2031-0009-12-0100313412 (concepto “Solidaridad Sarayaku”)


Para más info:


www.sarayaku.org


www.aspa.mundalia.info


http://www.youtube.com/watch?v=HF2Mk1hb9DI&feature=related


!!Amazónicamente libres!!




lunes, 24 de mayo de 2010

Fanfics: Tras el punto final, algunos puntos suspensivos...

La madrugada del 24 de mayo tuvo un protagonista indiscutible. Tras cinco años plagados de incógnitas, tramas inverosímiles, retazos de ciencia ficción, amoríos, aventuras y algunos de los momentos televisivos más brillantes de la última década, Lost llegó a su fin. Sus guionistas ofrecieron esa noche a un público reunido simultáneamente en más 57 países, una resolución "parcial"a la grandiosa incógnita que suponía la serie. Como es de recibo en estos casos, algunos quedaron satisfechos; otros, como quien suscribe, no lo hicieron. Sea como fuere, el punto final ha llegado, y ya no hay marcha atrás...o sí.

Minutos después de que la palabra "Perdidos" apareciese en pantalla por última vez, los foros echaban humo. Era el momento de los comentarios, las críticas, las quejas y de la consiguiente salida del horno de los "fanfictions" o historias alternativas, exponentes de uno de los fenómenos más participativos e interesantes de lo que viene denominándose "nueva literatura". Un facfiction supone la recreación de una historia por parte de sus seguidores, partiendo de su trama o tomando de ella sus personajes. Aunque el procedimiento no es nuevo -la historia de la literatura está plagada de libros apócrifos-, el auge de las nuevas tecnologías y la capacidad de difusión de éstas han favorecido espectacularmente su desarrollo.

En este mundo de realidades paralelas, de finales que no lo son y de giros en la trama, nada es imposible. ¿Puede Sherlock Holmes mantener una relación homosexual con su inseparable Watson? ¿Es posible que D´Artagnan acabase por asesinar a sus admirados mosqueteros? Y volviendo al ejemplo de Lost, ¿por qué no podría ser Jack Sheppard una reencarnación postmoderna del Mesías? Absurdo, verosimilitud o fantasía. Todo tiene cabida en el mundo de la creación popular, libre y anónima.

Favorecidos por algunos autores como J.K. Rowling, inteligentemente interesada en la difusión masiva de sus historias y perseguido por otros, como George Lucas, los fanfictions son la prueba más inmediata de lo que es una máxima indiscutible de la literatura: el libro que es leído deja de pertenecer a su creador.

Acaba Lost y comienzan a abrirse puertas, como sucede diariamente con millones de historias en ese escaparate infinito y accesible que es la red. Es la nueva expresión de la literatura, la demostración de que al punto final a veces le siguen algunos puntos suspensivos, y a los párpados cerrados, millones de ojos abiertos.

Directorio web:

http://buenosfics.crearforo.com/index.php
http://www.amfproductions.com/films/hamlet-2003 (Fanfilm)
http://www.fanfiction.net
http://www.fanfilms.net/index.php
http://www.slashheaven.com
http://www.youtube.com/user/NeilCicierega (fanfilm)
http://www.lostzilla.net/fanfic.htm


jueves, 20 de mayo de 2010

A vueltas con Cortázar: Rayuela, la anti-novela y el museo imaginario

Con la publicación de Rayuela en 1963, Julio Cortázar asestó su golpe definitivo al discurso tradicional de la novela. Y lo hizo desde dentro, con el reflejo deforme y paródico de un libro que escapaba de su género reafirmándose asimismo como parte de él. En este sentido, cabe destacar la afirmación de Amorós, quien dice que “es absurdo pensar que Rayuela sea una antinovela. (…) Más bien sería un ataque contra las técnicas habituales de la misma”.

¿Y en qué consiste este ataque, esta suerte de revolución? En primer lugar, en la consideración del lector como individuo libre que ha de escapar del dictado del autor para construir así su propia obra. La teoría, cercana a lo que se conoce como “Estética de la recepción”, se manifiesta en la innovadora posibilidad de leer el texto mediante dos procedimientos: la tradicional lectura lineal o siguiendo el orden aleatorio de capítulos propuesto por el autor.

En segundo lugar, Rayuela es lo que se ha considerado “un libro de libros”, una especie de “Biblia en prosa”. En ella no cabe una historia, sino un conglomerado de historias, una recopilación de fragmentos dispersos dispuestos como una muñeca rusa, de forma que los retales, al final, componen el tapiz sin limitaciones espacio-temporales, sin arreglo a ninguna norma que no sea la de construir un libro absolutamente innovador.

Conectamos aquí con el tercer elemento del encabezado de este artículo: la noción de “museo imaginario”. Por su carácter innovador, la obra de Cortázar se erige como un particular manifiesto de una nueva visión de la narrativa, de una nueva forma de hacer literatura.

De acuerdo con la máxima tética/antitética, Rayuela es, además de una nueva propuesta, una reacción a lo anterior. Es por ello que, en esta polaridad de lo que se deja atrás y lo que se propone como elementos de la revuelta, el juicio estético y personal del autor estará más que explícito.

A la cabeza de esta valoración estética, en ningún otro capítulo como en el 34 se ejemplifica lo que decimos. En este fragmento del libro, Horacio Oliveira realiza una crítica a la narrativa de Pérez-Galdós desde una perspectiva novedosa: la presentación mediante parejas de pares e impares de dos discursos distintos. Esto es: las líneas pares han de leerse seguidas, obviando las impares. Éstas, a su vez, tendrán su continuación en las consiguientes impares. Confuso a la vez que innovador, el recurso confronta como nunca dos estéticas ya definitivamente enfrentadas.

Para Amorós, no ha de atribuirse a Cortázar esta animadversión a la novelística dieciochesca, sino más bien a su creación, al intelectual divagante que es Horacio Oliveira. Sea como fuere, Rayuela desde su misma innovación fija sus referentes, los modelos admirables a quienes seguir. A través de lo que Lezama Lima denomina “museo imaginario” –“al lado de la galería aporética, la librería délfica soñada por Gracián. Cada libro, por inexplicable, imprescindible. Julio Verne al lado de Roussel.Todo lo pensado puede ser imaginado”- las páginas son salas museísticas donde contemplar los referentes del enorme cronopio argentino, que traspasan las lindes de la literatura.

Y ¿quiénes ocupan esos expositores, qué autores son fragmentos del enorme collage de citas y referencias que es Rayuela?

Música

Para Cortázar, aun con matices, esta palabra es sinónima de Jazz. El género, “una música de pasaje, una perspectiva novedosa hacia todo lo que no nos atrevemos a ser”, había marcado al autor desde tiempos inmemoriales, convirtiéndose, junto al boxeo y el tabaco, en su único vicio extra-literario. Lo verdaderamente fascinante del género resulta ser la improvisación, la amplitud o inexistencia de los márgenes, la posibilidad de innovar y divagar en mitad de la catarsis musical. El jazzman es un buscador, un perseguidor de nuevas puertas con un toque de genialidad y escepticismo.

En su relato “El perseguidor”, publicado en Las armas secretas, el escritor argentino ya había realizado una ofrenda fascinada a Charlie Parker, síntesis literaria del “tocador” de jazz, del escapista musical de carácter incontenible y genialidad innegable. El homenaje culmina con la mención continuada de los grandes nombres del estilo en el “collage” de Rayuela. Así, no son de extrañar las menciones a Dizzie Gillispie, Duke Ellington, Bill Johnson o Bessie Smith. El “club de la serpiente”, ese extraño cónclave de intelectuales ociosos que conforman los personajes del “lado de allá”, acabarán reunidos con una misma música sonando en el tocadiscos: el insondable jazz, desde su mismo origen hasta los sones nuevos del “be-bop”.

Pintura


De vuelta al afán abstracto de Cortázar, a “la búsqueda de la búsqueda” – valga la redundancia- la mirada del autor se dirigirá hacia la pintura contemporánea, hacia la huida del retratismo. Desde el impresionismo francés de Toulouse Lautrec hasta el neoplasticismo de Mondrian o el cubismo de Henri Le Fauconnier, en Rayuela desfilan una galería de pintores unidos por el mismo afán: la representación de la realidad como un ensueño fantástico o una abstracción pictórica. La imagen carece de nitidez, los trazos son difusos y los contornos no aparecen fijados. A veces, los objetos de su adoración son simples figuras geométricas o manchas de color dibujando una enorme incógnita. Nada mejor para reflejar la vida nebulosa y casi imaginada de los amantes que se buscan por las calles para huir de las citas preestablecidas o de los nihilistas de oscuro pasado e improbable futuro que pierden el tiempo deambulando por París. Plural y culto, Cortázar referirá también la obra de la uruguaya Vieira da Silva o los norteamericanos Jackson-Pollock y Mark Tobey.

Escritura

Llegamos al punto final del artículo, al núcleo central –cómo no podía ser de otra forma- del eje de relaciones que establece el argentino en su obra. En este punto, Cortázar realiza variadas referencias a sus dos grandes “cordones umbilicales”: la literatura latinoamericana y la tradición literaria europea.

En este último ámbito, proliferan las referencias a Radiguet – relacionado con otras de las grandes escuelas “cortazarianas”, el simbolismo francés que tanta relación tuvo con la escasa pero considerable obra lírica del autor-, Rilke, el escandaloso y “libertino” Restif de la Bretonne – autor de obras como El pornógrafo (1769)-, Montesquieu, Huxley o el romántico Hugo Wolf. Del lado de acá, de la literatura latinoamericana, caben destacar las referencias a inspiradores del autor como Roberto Arlt o el propio Lezama Lima, quien compartió con Cortázar una admiración sincera y mutua.



lunes, 17 de mayo de 2010

El perfil: Olafur Elliason




En mitad la bruma, Olafur Elliason quiso crear el sol. Luchando contra la grisura de Londres, contra su eterna "Smog", el artista danés procuró crear un refugio de luz, un rincón brillante y gigantesco en mitad de la sala de turbinas de la Tate Modern, uno de los centros de arte contemporáneos más importantes del mundo. Aquello, que se llamó The Wheather Project, fue una especie de confirmación de lo imposible, sobre todo cuando la instalación fue utilizada por los londinenses como lugar de reposo, como escapatoria inverosímil a las frías paredes de piedra y al cielo cano que conforman el paisaje tradicional de la City. Sin embargo, aquella apabullante mescolanza entre arte y realidad, aquella elogiable capacidad de compartir con el pueblo llano su arte, tan sólo fue un logro más en una larga nómina de triunfos. Y es que Elliason está acostumbrado al aplauso, y su nombre, emparentado con el éxito.



Danés afincando en Berlín, a él se deben otras obras que merecen especial atención, como el proyecto The NY City Waterfalls, con el que dotó al puerto de la metrópoli estadounidense de unas espectaculares cataratas que transformaron el perfil de la ciudad. Soñador incansable, Elliason juega con la realidad como un ilusionista con una pompa de jabón: consciente de su fragilidad, pero capaz al mismo tiempo de transformarla. Y es que, como dijo Truffaut, "quienquiera que cultive la fantasía en el arte está un poco loco. Su problema estriba en hacer interesante está locura".



domingo, 16 de mayo de 2010



sábado, 15 de mayo de 2010

Banksy: La verdad sin rostro.


En estos tiempos de culto al ego, el misterio de la identidad de Banksy es algo más que una simple excentricidad artística. En su día a día, el autor de los geniales graffitis que vienen llenando media Europa de verdad y protesta desde hace quince años, es un simple ciudadano inglés, tan anodino y vulgar como el resto de nosotros.





Es tan solo con sus pinturas, con sus coloridos bocados de rabia, cuando su nombre toma significado, cuando su personalidad trasciende y abandona al hombre común para convertir sus manos en denunciantes feroces y sinceras de la locura que nos rodea.







En tiempos de primeros planos y homenajes a tutiplen, en las entrañas de Bristol un ciudadano pasea camuflado como un superhéroe de la Marvel, confundiéndose entre los demás al tiempo que admira su obra, callado y orgulloso. En los tiempos de los derechos de imagen, el único derecho que se otorga Banksy es decirnos la verdad pensándonse como un canal, como un medio, y nunca como un genio merecedor de las dádivas de la Tate. En estos tiempos, al fin, tan llenos de presuntuosidad e ídolos vacíos, la anonimia de Banksy, como el rostro enmascarado del Subcomandante Marcos y como millares de voces anónimas, nos demuestran que más allá de nuestras ideas y nuestros actos no somos más que carne, que números de identificación y rostros de recuerdo pasajero.



En estos tiempos de silencio comprado, !qué necesaria es la gente como él!


http://www.banksy.co.uk

miércoles, 12 de mayo de 2010

NMAC: Arte en estado puro.




En mayo de 1968, las turbas de estudiantes parisinos anunciaban solemnes que la playa estaba debajo de los adoquines. Era la metáfora indispensable de la utopía, de lo imposible, de que bajo la capa de la apariencia aguarda lo inesperado. Algo así sucede en el caso de la Fundación NMAC, un centro de arte instalado en un entorno insólito: una dehesa de usos múltiples (Montenmedio, Vejer), que lo mismo sirve para campo de golf que para club hípico. Allí, alejadas de los tradicionales "museos-contenedores", se encuentran algunas de las mejores obras contemporáneas que pueden visitarse en la provincia de Cádiz. Si no todas.





El proyecto de NMAC es una apuesta por la fusión entre arte y naturaleza, presentando a ambos elementos como partes de un todo inseparable. En sus propias palabras, "la obra se vuelve parte fundamental del paisaje permitiendo relacionarnos con la naturaleza al experimentarla de otra manera". Tras nueves años de trayectoria, la Fundación presenta un completo programa que incluye talleres formativos, servicios bibliográficos y una exposición permanente con obras de autores como Olafur Elliason -al que próximamente dedicaremos una entrada- o James Turrel. Todo ello en un entorno ajeno a estanterías brillantes, guardianes de sala y paredes blancas. El resultado es la demostración de que el arte es algo más que un sitio hermético repleto de silencio.
Bienvenida sea la utopía en mitad de la nada.

viernes, 7 de mayo de 2010

Biografía de un escritor maldito



La famosa escritora Barbara Fry miraba con desdén a su marido. Éste -apátrida, escéptico, alcohólico y prematuramente maltratado- derramaba líneas sobre el papel que se asemejaban, más que a versos, a sucios regueros de grasa. Cuando John Martin, de Black Sparrow Press, leyó sus manuscritos, un súbito presentemiento lo iluminó como una bombilla. Ofreciendo al fracasado poeta un salvoconducto para liberarlo de la rutina, Martin tuvo la certeza de haber descubierto a un genio: un señor muy mal hablado llamado Charles K. Bukowski.

El joven Heinrich Karl Bukowski conoció muy pronto el desencanto. Despojado de su verdadero y germánico nombre tras el traslado familiar a Baltimore (EEUU) en 1923, en el nuevo "Charles" confluyeron todos los factores que pueden empujar a un niño al ensimismamiento: un ambiente familiar turbio, un físico poco agraciado y una timidez atávica e irremediable. Demasiado joven para el alcohol o las drogas y demasiado débil para plantar cara, el joven Bukowski se refugió muy pronto en los libros. Tanto es así, que en su poema "Llegaron a tiempo", realiza un agradecimiento conmovedor a los Huxley, Hemingway, Faulkner o Joyce, integrantes todos ellos de su infantil pandilla de celulosa: "Todo estos amigos bien adentro de mi sangre, quienes, cuando no había ninguna oportunidad, me dieron una". La vocación literaria, cómo no, estaba al caer. En la mitad de la veintena, nuestro hombre realiza incursiones con cierto éxito en la literatura breve. Poco después, desanimado ante la perspectiva del fracaso, llega de nuevo el estigma de la desilusión, hallando esta vez -y ya para siempre- un consuelo efectivo y duradero en forma de alcohol con dos cubitos de hielo.

Comienzan entonces unos años grises y turbios, con demasiado olor a vómito y muy poca esperanza aguardando cada mañana. Bukowski malvive en Los Ángeles, y aficionado a la 66 y a cualquier otra ruta, vagabundea por USA desarrollando un amor incondicional por los moteles de carretera, por esos "hoteles cucaracha" como el de "Tres mujeres". La cosa, entonces, sólo podía ir a peor. Y así fue. A principios de los 50, el servicio postal le ofrece un trabajo gris con perspectivas grises, un curro de legañas desanimadas y días pasando lentos tras una mesa. Su experiencia durará tres años. Con la libertad recién adquirida, en 1955 los excesos pasan factura en forma de úlcera sangrante. Nada mejor que ver de perfil a la muerta para que un indolente vocacional -"Mi ambición está limitada por mi pereza"- comience a buscarle sentido a la vida.

Llegan entonces las primeras tentativas de retomar su carrera literaria, coronadas en 1959 con la publicación de "Flor, puño y gemido bestial". Bukowski cuenta entonces con treinta y nueve años, y será este éxito inmediato en la poesía el mayor motivo de orgullo que el escritor conservará para el resto de su vida. Las cosas, sin embargo, ahora podían ir mejor. Desencanto por el apoyo de su mujer y demasiado enfrascado en el alcohol, nuestro protagonista rompe su matrimonio, y su maltrecha economía -sustentada principalmente por el capital burgués de su esposa- se resquebraja. Ha de volver a a la oficina entre petates y sellos, y todo lo anterior no parece más que un paréntesis de la desgracia.

No mucho después retomará su vida de la mano de Frances Smith, quien en 1964 le dará a su primera hija: Marina Louise. Pero no terminará ahí su despertar. Este solitario con muy buenos amigos encontrará un hueco en la revista "The Outsider" por mediación del editor John Webb. Allí, su nombre será relacionado con el de autores de la talla de Borroughs y Henry Milller, comenzará a ser conocido y el "fenómeno Bukowski" arrancará con pies de plomo. El escritor, entonces, se plantea que senda tomar en mitad de un bifurcación clara: la de un empleo rutinario pero seguro o la de un riesgo enorme y sacrificado. Ninguna otra decisión fue tan fácil: "He decidido morir de hambre". Nunca lo hará.


Los setenta fueron la época dorada. Bien relacionado -Jean Genet y Sartre se encontraban entre sus admiradores más entusiastas-, el torrente se dispara y de la pluma del escritor surgen títulos como "Cartero" (1971), "Factotum" (1975) y otros algo menos eufónicos, como "La máquina de follar" (1975) o "El amor es un perro infernal" (1977). Como culmen, llega "Mujeres" (1978), un recorrido de seudónimos enmascarados por su vida sentimental, y otro título algo más que significativo: "Shakespeare nunca lo hizo" (1979).


Muerto en 1994, mordaz, atrevido y descarnado, alguien que caracterizó a Thomas Mann como "un tipo que confunde el arte con el aburrimiento" y defendió a los artistas que "dicen una cosa complicada de un modo simple", sólo nos podía dejar un herencia como la suya, un legado compuesto por citas imprescindibles, un amor por el exabrupto sólo comparable al de otros padres del "Pulp" y un puñado de títulos que tu madre no querría ver jamás asomando por tu estantería.

miércoles, 5 de mayo de 2010

CAI: Hijos del agobio y del dolor


A finales de los años 70, Andalucía se dirimía entre dos posturas antagónicas: dar la razón a quienes defendían -y defienden- su presunta indolencia, o salir a la calle a reclamar de forma unánime lo que por legítimo derecho le pertenecía. La decisión que los andaluces tomaron es por todos conocida; el producto musical de aquel momento de agitación, de protesta y de reivindicación de unas raíces culturales que van más allá del "lolailo" y la pandereta, es aún hoy un hito inigualable, es la aportación rockera y revolucionaria de un sur que irradió una vez más su luz de modernidad hacia el norte.


De aquello que se llamó "rock andaluz" recordamos hoy al gaditanísimo grupo CAI, que meció en sus brazos al que es, sin lugar a dudas, nuestro músico más universal. Hablamos del insigne Chano Domínguez, hoy jazzista consagrado y otrora alma de una banda que conforma, junto a grupos como Alameda, Triana o Imán, el panteón de la última gran aportación musical de Andalucía, tan lejana entonces de los "talent-shows" de copla descafeinada.


Entre 1978 y 1981, CAI editó tres discos (Más allá de nuestras mentes diminutas, Noche Abierta y Canción de la Primavera), marcando la senda de un camino que se inicia en un local de la playa de La Caleta -adaptado como estudio de grabación- y llega hasta la vuelta del grupo el pasado 16 de Abril en el Aulario de la Bomba. Allí presentaron nueva formación y nuevo disco (Metáforas de luz), alimentando así la esperanza de que aquel sonido legendario, enraizado y genial, no ha desaparecido para siempre.

Bienvenidos de nuevo los herederos de un momento único, los embajadores predilectos de nuestra música, los hijos de nuestro agobio y nuestro dolor.