viernes, 30 de abril de 2010

Guillermo Pérez Villalta: un gaditano en la "movida".


Ahora que la "iconoclastia" madrileña se viste de gala y desfila por el Baile de la Rosa, codeándose con altezas y burócratas, conviene echar la vista atrás y repasar una historia que tal vez no fue como nos la contaron. La historia de la supuesta revolución cultural española tiene ocultas en sus márgenes las biografías de muchos creadores que han sido solapados con el tiempo por la sombra inacabable de Almodóvar, Alaska y otros "revolucionarios" oficiales.

Es éste el caso de Guillermo Pérez-Villalta, artista tarifeño que fue, junto con los ya aquí mencionados Costus, el representante de la provincia gaditana dentro de la "Movida". Su papel, aunque desconocido, no puede tildarse de anecdótico. Pintor, escultor, arquitecto -con obras como el Kursaal de Algeciras- e ilustrador, a él se debe la autoría de algunos de los cuadros más representativos de aquel período del Madrid de Tierno Galván, de la transición disfrazada con pelucas y androginia, de los "niños bien" jugando a ser niños malos. De entre aquellas obras destaca Personajes a la salida de un concierto de rock, donde aparecen retratados protagonistas imprescindibles del momento como Nacho Canut o la propia Alaska.

Treinta años después de aquel movimiento hoy enaltecido, va siendo hora de reinvidicar los nombres desconocidos, los soldados de segunda fila que se quedaron sin la gloria imperecedera de la memoria.



miércoles, 28 de abril de 2010

El perfil: Carlos Edmundo de Ory


La infancia de Carlos Edmundo de Ory son recuerdos de un balcón a la Alameda, lo cual, diríamos, no está nada mal. De rancio abolengo gaditano -o lo que es lo mismo, de familia adinerada e hijo de Eduardo de Ory, famoso poeta modernista-, el reconocimiento en su ciudad le vino tarde, aunque afortunadamente no tanto como para que se limitara a cuatro flores en su tumba y alguna placa invisible mal puesta en cualquier esquina. Que viendo casos como el de Chano Lobato es, cuanto menos, para sentirse afortunado...

Poeta, cuentista, biógrafo y fundador de la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias y Artes de Cádiz, a de Ory se le conoce fundamentalmente por haber encabezado el "Postismo", corriente poética que suponía, simple y llanamente, rizar el rizo o, en palabras más afortunadas y líricas, crear "el ismo que viene tras todos los ismos". Para que nos entendamos: enrollar la madeja hasta que sea imposible seguir el hilo, crear una poesía hermética, practicar la alquimia imposible de la palabra.

Además de por esto, el gaditano merece reconocimiento por sus cuentos, un compendio inquietante de historias sobre la incomunicación y el terror latente, como aquel en que dos hombres desconocidos entablan conversación hasta descubrir, sin explicación aparente, que viven en la misma casa. Humorismo, miedo, surrealismo...etiquetas todas ella aplicables a la obra del que es, probablemente, el gran escritor gaditano vivo.

Volviéndonos localistas, tenemos que resaltar la presencia constante de Cádiz en su obra, con libros como Cádiz en broma, que supuso su debut literario.

Para acabar, un botón como muestra:


DESTINO

Vivo como animal sin disciplina
y en la tierra viajo sin maleta
corrí del Sur al Norte y no hallo meta
y andando calle no vi ninguna esquina

Me senté en una silla de cocina
y una mujer de pie me dio etiqueta
me puso el pan delante como teta
me creía sano y salvo en su retina

Pero mi hambre mayor es de camino
mi sed de abiertas rutas y mi sueño
ser como el viento de la vida acaso

No puedo estarme quieto, es mi destino
correr hasta la muerte y soy pequeño
cuando tú de la mano me abres paso.

Feliz lectura.



martes, 27 de abril de 2010

Entre Cádiz y Jerez, viviendo del cuento.




Más allá de rivalidades políticas, de enfrentamientos futbolísticos, de dirigentes advenedizos y de la mala baba de los eternamente apegados al terruño, entre Cádiz y Jerez existe una atracción comparable a la de los vecinos que se cruzan en el ascensor sin mediar palabra, pero que al mismo tiempo suponen una figura imprescindible en el universo de aquel que vive junto a su puerta.


Cádiz y Jerez son, de hecho, como aquellos familiares que se cruzan en las ocasiones especiales y se miran con recelo hasta el momento en que una copa de champán, un comentario gracioso o una anécdota común les convence de que aquel que tienen enfrente es algo suyo, y entonces la fiesta ya no puede parar. Más allá de estupideces, entre un lado y el otro existen vínculos innegables, conexiones familiares, sentimentales, laborales y de toda índole, mal que le pese a quienes ponen puertas al campo o diques a la mar.

Cursiva
De todo ello entiende, y mucho, el conglomerado artístico-amistoso que es Vivo del Cuento, una compañía itinerante, ambulante, personal y flamenca, que bebe del fino jerezano y de la bajamar de Cádiz con resultados inmejorables. De allá, de la tierra del amontillado y la campiña, les viene la oratoria gitana de Alberto y las artes musicales de Elena y Mariano. De acá, del lado azul y salado de la provincia, el compás percusivo del fenicio, de un Javi Prieto que forma parte de la desgraciada nómina de flamencos gaditanos que han de batirse el cobre lejos de la que es -a ver si enteran algunos- una de las patas indiscutibles del flamenco.

Semejante mezcla no podía salir mal, y quien suscribe da fe que no lo ha hecho. Tomando historias de la tradición gitana, adaptándolas a un ritmo guasón y casi chirigotero, derrochando sonrisas y alimentando un feed-back con el público de los que acaban en invitación en barra y palmas al compás, Vivo del Cuento anda derrochando arte por tierras catalanas, valencianas, gaditanas y otros lares, dejando alto el pabellón y clavando en la memoria de quienes los
escuchan la marca indeleble de sus catavinos cruzados.

Ahora que la cosa anda chunga, salud. Y como siempre, reconocimiento y gratitud con soniquete de alegrías a una pandilla de amigos que viven por y para el flamenco.



!Gloria!

http://vdcuento.blogspot.com/

jueves, 22 de abril de 2010

Asediando votos: Pérez Reverte y otras historietas


Resulta que, sin comerlo ni beberlo, nos hemos colado casi en el ecuador del 2010. Esto nos sitúa, como gaditanos, en una situación comprometida, toda vez que ese Edén de parabienes, ese Maná del desarrollo, esa bicoca llamada 2012 se acerca peligrosamente, y nosotros, empecinados en seguir con nuestra triste tradición, vivimos con el culo al aire y con poquísimas perspectivas de celebrar un Bicentenario a la altura de lo que se conmemora.

¿La culpa?De todos y de ninguno. De todos, políticos, por su ineptitud, su egoísmo y su falta de miras; de todos, ciudadanos, por consentir a éstos el engaño y la dejadez ; de ninguno, porque resultaría injusto personificar en alguien lo que no es más que la confirmación de que ésta es una ciudad que trabaja al ralentí, que vive permanentemente instalada en el quiero y no puedo. Y así nos va, claro.

El caso es que en mitad de este paripé, el último asalto entre los dos partidos mayoritarios viene a cuento de la posible contratación -ahora parece que frustrada- de Pérez-Reverte como comisario de una magna exposición -ejem, ejem- sobre el Cádiz constitucional, cuya organización correría a cargo del Ayuntamiento. El problema, cómo no, tiene que ver con el dinero, con los 150.000 euros que el Consistorio gaditano está dispuesto a pagar, así, a tocateja, al escritor cartagenero. Pero vayamos por partes.

¿Qué ofrece Pérez- Reverte? Repercusión mediática (imprescindible) y resultados (innegables, viendo la trayectoria del escritor). Pero ¿merece la pena a este precio? Pues sinceramente no. Según los párametros que maneja la ICOM (Consejo Internacional de Museos) y otros organismos de gestión cultural, para un profesional de la materia, 30.000 euros es un sueldo más que bien pagado. Esclarecedoras resultan en este sentido las declaraciones al diario Público de Yolanda Romero, directora de la Asociación de Directores de Museos, que rebaja la cifra a 18.000 euros en el caso español y marca el límite de los 80.000 euros como umbral máximo en el caso de "una gran bienal internacional de arte". Algo, sobra decirlo, muy diferente a lo que se quiere organizar en Cádiz...

De acuerdo entonces en la obscenidad que significa ofrecer esa cantidad por comisariar la exposición, hagámonos la siguiente pregunta: ¿qué alternativa ofrece la otra cara de la moneda política? Pues lo de siempre. El nombramiento de otro de los omnipresentes del Cádiz cultural y académico, alguien que viene acaparando desde hace lustros todos los encargos de este tipo, sin que ello signifique que desde aquí se infravalore su valía. Pero ahora bien, si verdaderamente queremos darle un impulso serio al 2012, ¿no hay vías intermedias entre el derroche populista e injustificado y la continuidad con los mismos de siempre? ¿No sería mejor, contando con la ayuda de todos, dar el timón de la efemérides a profesionales en la materia de nivel reconocido? ¿No sería eso conjugar la proyección mundial del 12 con una inversión económica lógica?

Pues seguramente sí, pero sin estas movidas, sin estos tira y afloja de patio de colegio, los columnistas se aburrirían, se acabaría la política local de venas en el cuello y a más de uno, y de dos, se les acabaría el negocio. Y eso, claro, no puede pasar.

Así que nada, preparénse para el ridículo y compren palomitas para disfrutar a gusto de la pantomima que entre unos y otros tienen montada aquí, y cuando llegue el 12, comprueben los resultados.

Habrá merecido la pena. Seguro....

miércoles, 21 de abril de 2010

Homeless Noise o "Éste no es otro estúpido grupo gaditano"


Hace un tiempo, algunos productores musicales de la calaña del infumable Alejo Estivel se inventaron una etiqueta, una especie de subgénero de radiofórmula que comenzó a llamarse, para fervor de algunos y espanto de otros, "sonido Cádiz". Así, sin anestesia. La fórmula era bien sencilla: rapiñear un par de voces agudas de alguna comparsa de carnaval, escribirle alguna letra sobre "sus novias morenas", "las calles de su Cai" y cosas así y darle al asunto un sonido de flamenco sordomudo, de verguenza con quejíos y guitarreos varios.


Y claro, como suele suceder cuando la industria dispone, la cosa se fue de madre. Legiones de fans entusiastas llenaban los conciertos, los otrora aspirantes a figuras del Falla se convirtieron en ídolos juveniles, y la caja registradora, kling kling, no paraba de sonar. Al amparo de este éxito, los hijos del "sonido Cádiz" se reprodujeron como moscas, y la ciudad quedó para siempre estigmatizada por una lógica asociación mental que unía "músico gaditano" con flamenquito del chungo. Normal.

Sin embargo, las cosas no son exactamente así. Solapado, confinado a escenarios como Supersonic o sala W, alimentándose de iniciativas como Mirador Pop y retumbando en La Báskula, un sonido diferente pero igualmente gaditano reclama su espacio, alejándose de estereotipos y apostando por una música de calidad.

Hoy nos ocupamos de Homeless -una de las bandas indies más interesantes de la provincia-, pero podríamos hacerlo, indistintamente, de Kool, de The Capris, de Los Lantánidos o de los Commonplaces, nombres todos ellos merecidamente reseñables y ejemplo de esta no siempre apreciada alternativa musical.


Homeless bebe de influencias británicas, apuesta por el sonido contundente, por las letras pegadizas y acertadas y se inscribe en la línea de nombres míticos del indie español. Reconocidos por autoridades como Julián Ruiz (Radio 3) y habituales en los escenarios de la provincia, su apuesta merece una escucha atenta, por simple disfrute y por gratitud a quienes escapan de lo de siempre y demuestran que Cádiz es, afortunadamente, mucho más que un sólo sonido.









lunes, 19 de abril de 2010

!Nominados!

http://www.tertuliaandaluza.com/sociedad/internet/nominados-top-5-blogs-de-andalucia/

Desde la insurgencia: fabrikando "la otra" cultura gaditana







Cádiz es una ciudad anestesiada. Sin perspectivas de futuro, sin debate político, sufriendo el éxodo masivo de sus jóvenes y resignándose a que su única actividad sea procurar una suerte de "descanso del guerrero" a los foráneos que en verano copan sus viviendas, la ciudad vive en una cómoda indolencia, asumiendo que el futuro, muy probablemente, no será mucho mejor. Es Cádiz una ciudad donde la preocupación generalizada es el mantenimiento de lo que Enrique Alcina (http://ealcina.blogspot.com) llamó el "triángulo mágico del chauvinismo gaditano" - ya saben, Carnaval, Semana Santa y Cádiz CF-. Es Cadiz, al fin, un terreno yermo, sin perspectivas ni futuro, un terreno abonado por el inmovilismo, la resignación y un permanente estado de crisis, como si anduviese atrapado en un doloroso bucle ante el que nadie parece dispuesto a reaccionar.

En tal estado de cosas, la cultura -o "lo cultural", como prefieran-, parece aquejado de los mismos males. Aunque cuenta con cierto nivel de actividad, la vida cultural de la ciudad gaditana se resume a un número limitado de lugares comunes en los que coinciden, como en un interminable día de la marmota, las mismas "personalidades", los mismos rostros. Son aquellos que al tiempo que ostentan cargos en la Universidad, son asiduos a Ateneos, mítines políticos, columnas de opinión y demás "lugares de interés". Son los mismos que mientras escriben letras de Carnaval, preparan la capa y el capirote para la Semana Santa; son diez o quince nombres, no más, que dirigen con mano férrea un mundillo cerrado, impermeable, tan repetitivo y carente de vida como podría esperarse en el caso de una ciudad que se ha convertido en un simple refugio de pensionistas y funcionarios. Son ellos los que mandan, y los demás, quienes les piden limosnas.

Sucede, sin embargo, que no todo el mundo se pliega a la dictadura de la "subvención" y el "habla bien de nosotros", y que existen quienes, ajenos a "croqueteos" y reuniones de chaqué, construyen espacios de pensamiento, de expresión libre y de reunión, sin más propósito ni objetivo que el de difundir cultura y fomentar un diálogo de mesas de bar, la expresión libre sin convenciones ni cargos. Es el caso de "La Fábrika", el primer centro cultural autogestionado de la ciudad, un espacio emblemático que ha superado, y supera, dificultades económicas y políticas, toda vez que quienes rechistan nunca son aceptados por los dueños de la opinión y la palabra.

Castigados con alquileres abusivos, importunados por visitas policiales injustificadas y buscando recursos hasta debajo de las piedras, el grupo de trabajo de La Fábrika continúa con su labor, un encomiable trabajo que oferta a los gaditanos talleres, exposiciones, música en directo, cineforums, conferencias, mesas redondas, actuaciones carnavalescas y un sinfín de actividades que dan luz a esta oscuridad desde un rinconcito de la Cruz Verde. Y todo ello, véase la paradoja, sin ningún ánimo de lucro. Aprenden enchaquetados y excelentísimos varios...

Es a ellos, y a otros tantos ciudadanos anónimos, a quienes se les debe gratitud por ofrecer una salida, un salvoconducto más allá de la lucha política entre administraciones, del asifixiante círculo de los petimetres oficialistas. Son ellos quienes, al fin, trabajan, sin portadas ni primeras planas, por ese Cádiz vivo, crítico y despierto que tantos han intentado soterrar.

Bendita insurgencia.


http://www.redasociativa.org/lfbrk/

viernes, 9 de abril de 2010

Nota breve sobre la letra terapeútica.


Leo hoy, con interés y en mitad de un momento personal digamos que complejo, las cartas que Julio Cortázar, enorme cronopio de inigualable genio, y Félix Grande, flamencólogo, escritor y crítico, se cruzaron a lo largo de años de amistad, de encuentros, desencuentros y de momentos de ésos que merece la pena pasar al archivo de la vista atrás, allí donde asomarse de vez en cuando para darte cuenta que todo esto merece mucho la pena.

Las cartas, deliciosas, sensibles e interesantes, dejan la imagen del Cortázar de siempre: con su trabajo febril, su mente prodigiosa y su verbo seguro y exacto; pero también transmiten el retrato de una relación de amistad entre iguales, de dos enamorados de las letras que se unieron y desunieron manteniendo siempre un lazo invisible: el de un cariño sincero, aunque a veces éste se viera tensado por la política y otras cosas secundarias.

Lo más interesante es, sin embargo, la necesidad de reconciliación con el mundo que esas cartas (me) dejan. Y eso es lo curioso, y eso es lo de siempre: el inexplicable poder que posee la palabra desnuda, sincera, sin intereses monetarios, sin otra motivación que la de la verdad. Y es indiferente que esas palabras no te pertenezcan, porque al final te pertenecen; y da igual que no los conozcas, porque al final los conoces.

Hoy, nueve de abril, leo a Cortázar, lo imagino escribiendo en su escritorio y recreo a Grande rasgando un sobre, y de repente las penas parecen menos, y los motivos para reconciliarme con todos y primero conmigo mismo parecen muchos más.

Bendita literatura.