
Como todos lo hemos vivido, no hace falta explicarlo demasiado. Sujeto 1 conoce a sujeto 2, y toda una inesperada serie de reacciones químicas comienzan a ocurrir sin explicación aparente. Inhalación de feromonas, atracción irremediable a través de las traicioneras monoaminas, apego y estabilidad a través de la oxitonina o las endorfinas y, finalmente, una mezcla letal de melatonina y dopamina, o lo que viene a ser lo mismo, el ánimo por los suelos, la lástima interminable y el mundo hecho una mierda.
De esto, el tema más manido de la his
toria, es de lo que se propusieron hablar los mallorquines Sexy Sadie en It´s beatiful, it´s love (1998). Originalidad temática no, pero ¿atrevimiento? A raudales. Y es que cuando la banda se adentró en el estudio con el objetivo de crear catorce temas que desgranaran cada uno de los episodios cronológicos de eso que viene llamándose amor, la situación no era nada fácil.

Aunque desde su debut en 1994 con Draining your braing, el grupo era más que reconocido en la escena indie española -gracias a temas como In the water-, había llegado la hora de la confirmación. Y no era el mejor momento. Principalmente porque la banda había quedado mermada tras la baja de uno de sus componentes, y el tradicional cuarteto se había quedado en un trío que se enfrentaba al mayor reto de su carrera sin saber qué cojones iba a salir de aquello. Pero lo hicieron bien. Tanto, que acabaron por crear uno de los discos míticos de las escena independiente española.
Todo comienza con I´m the brain, un tratado guitarrero y con querencias rockeras a favor de la estabilidad mental que producen la independencia y la soledad bien entendida y bien llevada. Sin embargo, la felicidad nunca es completa, y las dichosas feromonas producen la aparición de un personaje inesperado que transforma ya para siempre las cosas. A brand new world significa la aceptación del desconcierto y la bobalicona dependencia de otro. Algo así como el salto a un precipicio en el que probablemente sólo te espere el vacío.
Pero eso importa poco cuando todo marcha bien (You know that´s the way i like it o Needle Chill), y todos los síntomas hablan de un subidón de romanticismo que desemboca en la cumbre que marcan Stay Behind Me o Days of love, muy probablemente el single más perdurable del disco: un arsenal de distorsiones alegres y melodías efectistas que desembocan en el estribillo cursílón que este tipo de canción necesita.
La calma necesaria en mitad de esta tempestad química viene marcada por Satellites, un tema para el que Sexy Sadie contó con la inestimable colaboración de Andrea Peraíta, antigua vocalista de Sunflowers y actualmente centro neurálgico de los no menos recomendables Sterlin. El tema anticipa todo un vaivén de satisfacción, tristeza y nostalgia por un pasado mejor: May, Join us, Sweet life y la melancólica My bike ("Don´t let me think you´re like someone else").
Y llegamos al final. No podía ser de otra forma. Sin embargo, ya que estamos, ¿por qué no marcharnos con una sonrisa? Para huir de patetismos, nada mejor que "agradecimientos" varios a quien ya es pasado y una pléyade de angélicales niños en los coros. Bye, bye. Hasta aquí hemos llegado, colega.
It´s love but...¿it´s beatiful? Se admiten opiniones...