martes, 22 de febrero de 2011

Más allá de los estantes:(I) Pepitas de calabaza.



En España, el negocio editorial se reparte entre pocas manos. Determinada por la dictadura impuesta por los grandes holdings literarios, causantes de la tiranía del escaparate y de los premios ad-hoc ocupando los estantes, la industria da poco pábulo a las voces discordantes. En un país donde se publican -en primera edición o reeditados- en torno a 75.000 libros anuales, seis grandes grupos se reparten el pastel. Los nombres les sonarán seguro: Random Mondadori, Planeta, SM, Santillana, Roca...Y un escalón por debajo de ellos, otros sellos como Anagrama (honor y gloria por siempre) o Siruela. Son ellos (exceptuando en justicia al sello de Jorge Herralde) los responsables directos de la literatura del "show bussiness" y el reparto entre colegas, y los que, en consecuencia, condenan al ostracismo a los eclécticos, a los creadores ajenos al "fast food" de tinta y papel. Son ellos los culpables de los precios abusivos en confraternización con las entidades de gestión, son ellos quienes provocan, por acción u omisión, que en primera línea de sus librerías se encuentre el "biopic" que hace de su hermano uno de los hijos de Carmina antes que algún libro de Boris Vian.

En este panorama tan tópicamente dominado por las grandes fortunas editoriales, empeñadas en la cómoda reproducción de consumidores que comprarán -una o dos veces al año, no más- cualquier truño de doscientas páginas que se publique bajo su amparo, resulta difícil, decimos, encontrar un hueco para la diversidad. Pero existe. Un ejemplo de ello supone la vida y obra de Pepitas de Calabaza, una editorial riojana emparentada con el buen gusto y asociada a dos máximas: renunciar a la quimera de poder vivir de esto y publicar los libros que les salga de los cojones.

Y están cumpliendo ambas. En su catalógo, disponible en su web, puedes encontrar -oscilando casi siempre entre los 10 y los 15 euros- títulos pertenecientes a las corrientes históricas del anarquismo como Elogio de la Anarquía, escrito en la China del s.III o Anarquismo Individualista de Émile Armand; tratados sobre disciplinas como la Patafísica, el Situacionismo Filosófico y otras algo más mundanas, como el Arte de tirarse pedos. Y aderezando el panorama, surrealismo, dadaísmo, sociopolítica y publicaciones sobre el milenarismo que harían orgasmar a Fernando Arrabal.


Busquen y comparen, y si pueden acceder a Apollinaire, Sade o Jung en mejores condiciones, háganlo. Pero si no lo consiguen, vuelvan y echen una mano a un editorial alternativa que se autodefine como "con menos proyección que un Cinexin". Y que le den porculo al Planeta...

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