lunes, 18 de enero de 2010

Adele y Jack White: construyendo sensaciones.



Adele Adkins (Londres, 1988), es la nueva musa de Inglaterra. Formada en centros como el Brit School, por el que pasaron ilustres de la talla de Kate Nash o Leona Lewis, parece estar acostumbrándose a vivir en las alturas. Modesta, tímida y con aire contemplativo, pasa sus días encerrada en un estudio con Jack White, el carismático líder de The Raconteurs y The White Stripes. Ambos preparan un cóctel explosivo. …


La voz de Adele suena a verdín y a otoño. A refugio merecido frente una chimenea tras un día de bruma y frío. Rotunda y sensible, modula cada matiz con la entrega de quien, cantando para sí mismo, nos canta a todos. Productora de susurros armónicos y agudos perfectos, la esperanza blanca del Soul no para de buscar espacios donde crecer, lugares en los que dar salida a su inabarcable talento.


Nacida en el emblemático barrio londinense de Tottenham, fue precisamente la intimista alabanza de las calles que la vieron crecer su escalera hacia el éxito. Hometown Glory, un himno al escenario vital, al anónimo con el que compartir pedazos de vida, la aupó a un éxito que aún sigue disfrutando. Tras su salto fulgurante desde el altavoz de Myspace al escaparate de la industria gracias al empuje de miles de entregados fans, esta joven de 21 años puede llevar a gala logros como sus dos premios Grammy (Mejor Artista Nuevo y Mejor interpretación joven femenina), el premio de la crítica en los Brits Awards de 2008 o el enorme privilegio de haber compartido escenario con Paul McCartney o el gran Paul Weller, alguien particularmente selectivo en la elección de partenairs. En la nómina, sólo lo mejor de lo mejor: Noel Gallagher o Amy Winehouse.


Es por ello que Adele, con semejantes credenciales y de cara a la continuación de su álbum 19, no ha tenido reparos en pedir colaboración a White, considerado como uno de los 100 mejores guitarristas de la historia y a su vez discípulo privilegiado de Keith Richards. Esta suma de talentos aparentemente opuestos – garage y soul, discreción y eclecticismo, - promete un resultado único, personal, como sólo cabe esperar en el caso de los genios.


Con los ecos optimistas de Chaising Pavements resonando aún en nuestros oídos, Adele vuelve a la carga con fuerzas renovadas y la intención de ampliar horizontes. Para ello, nadie mejor que el frontmen de Michigan, quien podría ser, además, el productor del nuevo disco de los Rolling. Hecha la unión, sólo cabe esperar un fruto que, seguro, no dejará indiferente a nadie.





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